Odio el sol....

Tristemente, tal ves es la palabra para lograr describir el momento en el que mis sueños y mente duermen. Es el principal pensamiento de una vida, como diría la canción: “Mi vida haría a un monje renunciar a su fe...” Pero este flagelo llamado suerte me atormenta, no se que es preferible, si tener mala suerte o aceptar que nada es casualidad y somos nosotros quienes nos articulamos el futuro, que nuestras acciones y pensamientos repercuten en un futuro próximo o lejano. Sin sentido y sin esperanzas no se logran ver las puertas abiertas, solo candados de humo y antiguas luces del subconsciente incolectivo, hay, en el mas allá. Mas allá de los soles que rigen el día, que te dieron como y cuando. El problema, a lo mejor, radica en eso, nadie quiere morir solo, y yo soy nadie, pero la contradicción del vuelo es que mientras nadie odia el sol, yo no lo soporto......